Los Andes es la cordillera mas larga del mundo y la segunda en altitud. Su conocimiento se remonta a las culturas originarias que habitaron en sus laderas. Con la llegada del español y posteriormente con los trabajos cartográficos, sobre todo a partir del siglo XIX, se fueron volcando a documentos y mapas, tanto nombres autóctonos, principalmente en lengua quechua, aiamara, kakán, huarpe, mapuche y tehuelche, como coloniales, originarios españolizados y producto de la cultura e historia de los países andinos.

Esta compleja composición dio por resultado que en zonas inaccesibles como la Puna o el Desierto de Atacama hayan quedado sectores “inexplorados”, que posteriormente, dio como corolario, la carencia de topónimos que identifiquen las montañas. También en otros sectores, sobre todo en Perú, el problema es inverso, existen mas de una denominación para la mayoría de las montañas, conviviendo actualmente en mapas oficiales dos o mas topónimos.

Frente a esta situación, un equipo de trabajo coordinado por Máximo Kausch comenzó a compilar datos y toponimia con el fin de obtener el primer catálogo de todas las montañas superiores a 5000 metros de altitud, la línea que determina la alta montaña en los Andes.

 

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¿Para qué sirve un catálogo de cumbres?

 

Primero en los Alpes, luego en el Himalaya y después en todas las cordilleras del mundo, se fueron estableciendo catálogos de cumbres, o “listas” como habitualmente se las denomina.

Esos ordenes enumerados, son sin dudas, un estímulo para el montañismo, tanto en su versión deportiva, como en su envergadura humana.

A mediados del siglo XX estaban definitivamente ordenados los 82 +4000 de los Alpes, los 14 +8000n del Himalaya, los +14.000 (en pies) de Colorado, las Seven Summits e incluso listas amplias como los +3000 del Pirineo.

Los Andes, quizás como correlato de su pertenencia al Nuevo Mundo, se situó en un escalón atrás de esta situación, aunque como contracara, es la cordillera con mas trascendencia humana del orbe, ya que sus cumbres no solo fueron adoradas desde hace un milenio, sino, que a diferencia de las cumbres sagradas de Oriente, estás fueron ascendidas ceremonialmente hasta sus cumbres. 

En definitiva, un catálogo de cumbres, ordenado sistemáticamente y adecuado a la cultura de montaña universal, desarrolla el andinismo y prové identidad a la cordillera andina, una de las mas importante del mundo.

 

 

Recién en el siglo XXI

 

Hace algo mas de 60 años, los primeros investigadores del deporte andino esbozaron listas que se agotaban en los +6500 en primera instancia y en los +6000 en segunda medida.

Siempre controvertido por el criterio que se utilice, los primeros en abordar el tema fueron los escaladores polacos que en 1934 y 1937 habían escalado las mas altas alturas de los Andes. En la segunda edición (1954) de “Mas alto que los Cóndores”, su autor, Viktor Ostrovsky reunió, de acuerdo a la cartografía oficial, las montañas superiores a 6000 metros. Unos años mas tarde, otro andinista polaco, Witold Paryski,  enumeró los +6500 basándose en un trabajo mayor que reunía todos los 6000 en la revista Taternik. En 1966 fue publicado el primer catálogo exahustivo de los Andes, firmado por el sueco Anders Bolinder, donde compilaba todas las montañas andinas, ordenándolas por altitud.

Paradógicamente, Bolinder, fue el maestro de Eberhard Jurgalski, quien varias décadas después esbozaría la Teoría de la Dominancia, que sistematizaría definitivamente la forma de catalogar todas las cordilleras del mundo.

En la década de 1960 tanto en Argentina, mediante el trabajo de Alfredo Brignone, como en Chile, a través del incansable y metódico Evelio Echevarría, vieron la luz listados amplios de todas las montañas de cada país. Echevarría, continuaría con su labor, incluyendo todos los Andes.

El norteamericano Johan Reinhard (1990) enumeró los +6500 de los Andes, al igual que el canadiense Gregory Horne (1993), mientras que el escocés John Biggar a partir de 1995 comenzó a compilar la lista definitiva de +6000 teniendo en cuenta la cartografía oficial de los países involucrados, pero sumando la variable del re ascenso, o sea, si el +6000 no tenía al menos 400 metros desde el col más alto que lo une a la montaña vecina, no era incluido en la lista, considerándolo cumbre secundaria. Con los mapas vigentes en 1996 la lista incluyó 99 montañas. Biggar, continuaría con una amplia lista que abarcó 854 +5000.

Frente a esta realidad, algunos montañistas, entre los que se destaca Máximo Kausch, argentino de nacimiento, pero actualmente radicado en Brasil, comenzó a indagar sobre la posibilidad de determinar con rigor científico, un catálogo de las altas montañas de los Andes.

La inquietud pronto se convirtió en objetivo, y mientras comenzaba su periplo andino en búsqueda de ascender todos los +6000 de la cordillera, comenzó a ordenar datos para enumerar primero los +6000 y luego todas las montañas que superaran la cota de +5000.

Luego que conociera a la científica británica Suzie Imber en el Ama Dablan, en la cordillera del Himalaya, el equipo de trabajo tomaba forma y se acercaba al rigor científico deseado.

También estaba claro el objetivo final, ya en la segunda década del siglo XXI, se publicaría, una vez terminado en plataformas como Google Maps, Wikipedia (una página para cada cerro), Google Earth, OSM y GeoNames.

 

 

Método de trabajo

 

A cargo de la Doctora en Física Suzie Imber, estuvo el desarrollo del software, con el que se procesaron todos los datos de los distintos modelos de elevación digitales disponibles. La científica de la Universidad de Leicester definió un plan con cuatro etapas diferentes para llegar a la versión final. En primer lugar, se definió un modelo digital único a ser utilizado. Para el mapeo se utilizaron modelos generados por las misiones SRTM (EE.UU. 1999), ASTER (Japón, EE.UU. 2000), TanDEM-X (Centro Aeroespacial Alemán y EADS Astrium, 2010) y ALOS World 3D – 30 m (Japón, 2106 - 2020). También se utilizaron diferencias de perspectiva en imágenes Landsat para correcciones.

​Sobre el modelo digital de elevación, la Doctora Imber utilizando el software determinó todas las elevaciones andinas. Inicialmente se trabajó con 65.000 picos sobre los 5.000 metros reduciéndose posteriormente la cantidad de acuerdo con la prominencia topográfica que se determinó (desnivel entre la cumbre y el col mas profundo con su vecino). 

 

 

Criterio para la identificación

 

Sobre la base de los 65.000 puntos superiores a los 5.000 metros de altitud, se determinó el criterio de cuando una montaña es independiente de su vecina inmediata.

Para suplir el enorme interrogante que esto suponía, se llegó a la conclusión, que la única forma de responder, es mediante la utilización de un método que diferencie cuando un punto es montaña o solo una cumbre de otra. La solución surgió a partir de la utilización de la teoría de la Dominancia, base de la catalogalización actual de todas las cordilleras del mundo.

Esta teoría fue desarrollada por el alemán Eberhard Jurgalski. Simplificando, la teoría indica el porcentaje de independencia de cada elevación sin importar la altitud, el tipo de montaña o el relieve. Básicamente se saca el porcentaje que representa la prominencia en la altura total de la montaña. Por ejemplo, si estamos hablando de un pico de 5000 m y su re ascenso es 400 m la dominancia es 8 % (400 x 100 / 5000).

A continuación, aplicando el criterio indicado, y mediante un software desarrollado a tal efecto, se catalogan las 1175 montañas independientes de los los Andes superiores a 5.000 metros de altitud y con mas de 7% de dominacia.

En palabras de Kausch "Se trata del criterio más justo para definir una montaña pues no es subjetivo y puede ser aplicado en cualquier elevación del mundo..."

Siendo prácticos, se puede afirmar que es la única medida que es acorde a los Andes, ya que de ser menor “aparecerían” innumerables “nuevas montañas” donde el consenso general ve actualmente cumbres secundarias, como serían las del Pissis, Antofalla, Illimani, Coropuna, Bonete, Huandoy, etc, solo para mencionar los macizos de mayor altitud.

 

Topominia y primeros ascensos

 

Después de definir la posición y la dominancia de las montañas, el trabajo continuó para definir los topónimos propios de cada montaña.  Para esta tarea se utilizó inicialmente los datos de los Institutos Geográficos de los seis países andinos y luego los datos que surgieron de libros y publicaciones. Por último se consultó a expertos de cada región andina y fuentes locales.  

​Con los primeros ascensos se utilizó como base los estudios previos sobre los +6000 de Guillermo Almaraz y las inobjetables fuentes que son las obras de Evelio Echevarría, Pietro Meciani y Mario Fantín, quienes eligieron para sus respectivos libros el título “Los Andes”.

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Versión final y publicación de la investigación:

 

La versión final será publicada en línea utilizando plataformas como Google Maps, Google Earth y Wikipedia. Pero antes de hacerlo es deseo del equipo de trabajo solicitar a todos la colaboración para realizar correcciones y suplir omisiones.