Ascenso al Cerro Alto Blanco (5404 m)
El 10-07-2018 ascendieron Fernando Alvarez, Patricia Zalazar y Rodolfo Guillermo Pereyra del Club Andino Cordoba la cumbre del Cerro Alto Blanco (5404 m), punto mas alto de la Sierra de Las Planchadas, en la Alta Catamarca.
Este alto cordón está ubicado al oeste del Bolsón de Fiambalá y al este el valle de Chaschuil, por donde discurre la ruta 60. En algunos trabajos recibe el nombre de Sierra de Las Peladas y así la nombra la hoja Fiambalá 1:500.000 (1962), aunque actualmente las cartas vigentes no lo hacen. Es la porción norte de la Sierra de Famatina, que se eleva en las provincias de La Rioja y Catamarca con un largo de 400 km y un ancho de entre 25 y 55 km.
El grupo partió de Córdoba con rumbo a Fiambalá y Fernando Alvarez relata: "Una Expe de amigos del Club Andino Córdoba, en busca del cerro Alto Blanco, máxima altitud de la Sierra de las Planchadas, que limita el bolsón de Fiambalá con el Valle de Chaschuil. Esta sierra es la continuidad, hacia el norte, de la Sierra del Famatina, y termina en la Cordillera de Buenaventura. Mucho menos visitada que sus congéneres al occidente de la Ruta 60, los Seismiles, garantiza excelentes experiencias, alturas importantes, buenas aguas... si se sabe dónde buscarlas, y algo que les gusta a los montañistas: soledad garantizada. Pocos registros de subidas por el sector elegido; alguna apacheta mínima, un resto de pircado arqueológico... y vicuñas (huellas y señales), burros y vacunos, éstos en el primer tramo de aproximación. El cerro es más visible desde el este, accediendo desde Palo Blanco. Excepcional vista de los Seismiles, desde un balcón excepcional, y mucha tela para cortar en la misma sierra, comenzando por las formaciones coloradas que atraen la vista"
El ascenso se realizó con un campamento de altura ubicado a 4.370 m (27° 13' 58.0"S / 68° 01' 28.3"O) y a 10,2 km del refugio de Las Lozas.
Este es seguramente el tercer ascenso, luego del de Walther Penck efectuado hace mas de 100 años, en noviembre de 1913 y el del Ingeniero Sanchez en el marco de la expedición de la Universidad de Tucumán para medir el Ojos del Salado en 1959. El grupo encontró una apacheta cumbrera con una lata en su interior. A propósito relata Alvarez: “En la cumbre encontramos una apacheta de base cuadrada, hecha de trozos de granito. Sin dudas no es ni de los pueblos originarios, ni de montañistas, ambas "especies" dejaban y dejan otro tipo de conjunto de piedras. Ésta parece deliberada, para que dure".
Respecto a la lata, las conclusiones a simple vista son: a) es de hojalata, totalmente oxidada y erosionada por el viento y la arena característica de la zona; b) fue abierta con un cuchillo o algo así, como para sacar su contenido, y con un pequeño orificio como para colar el agua interior... parece que quien la dejó reciclaba los recipientes para dejar sus testimonios”
